Altea, el Santorini español
Hace tiempo que la nueva Grecia se ha instalado en la Costa Blanca. Primero fue la Cala Portixol (Javea) que muchos llaman la nueva Mikonos española. Y en segundo lugar está Altea, que además de su fachadas encaladas, su casco antiguo, sus escaleras infinitas, sus cuestas empedradas, y sus calas aguas cristalinas que bien podrían ser de Santorini, lo mejor es que su propio nombre viene del griego Althaia, que significa “salud”.

Arena y mar hasta donde alcanza la vista

En la playa todos encuentran su lugar: los lowcost extienden sus sillas sobre las piedras cerca de la orilla, los vip descansan del sol en las tumbonas o bajo las pérgolas, los deportistas corren al atardecer por el paseo, los comodones se toman una cerveza fresca en las terrazas, los niños bajan a las rocas a coger cangrejos, un grupo de millenials bohemios se entusiasma con los puestos de artesanía, un padre con su hija observan los patos de la ria que da al mar… y nosotros, simplemente, disfrutamos del panorama.

Rincones gourmet escondidos en Altea
Y como buenos viajeros, además de ver, lo que más nos gusta ¡es comer! Jesana, una artista amiga mía con mucho gusto, me ha recomendado dos sitios para chuparse los dedos. El primero es PERRO NEGRO, un coqueto restaurante de tarde (abren de 19:00-23:00) donde lo mejor es probar su menú degustación y dejarse llevar por los sabores de la tierra. Imprescindible reservar, y a poder ser en la terraza que es digna de cualquier instagramer que se precie.
Dirección: Costera Pont del Montcau, 13, 03590 Altea
8 DE TAPES
La segunda recomendación es 8 de tapes, un curioso gastrobar en pleno paseo marítimo, donde puedes cenar frente al mar y degustar su cocina local con un guiño fusion muy acertado. Os recomiendo los «tacos de la terreta», el «figatell marino», el «fishcake» de salmón y de postre el «rocío de manzana». ¡Delicioso!
Dirección: Paseo del Mediterraneo, 54, 03590 Altea


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