
Los jardines de la Aljafería
Desde que en el sXI el rey taífa Al-Muqtadir ordenó construir el Palacio de la Aljafería, uno de sus mayores tesoros han sido sus jardines. Los interiores eran de uso exclusivo de la Familia Real, más íntimos, sombríos, llenos de naranjos, porches con olor a azahar y riachuelos de agua cristalina. Pero lo exteriores debían demostrar su grandeza ante su pueblo. Debían ser exhuberantes, exóticos y majestuosos.
Nada queda ya de aquellos jardines, pero en su lugar se levanta hoy el Parque de la Aljafería. Un enorme espacio verde que rodea el Palacio y que conforma un pequeño oasis a la entrada de la ciudad.
En sus más de 5 hectáreas hay casi 30 especies de árboles, pero las reinas son las palmeras. Son las responsables de trasladarnos a paraísos lejanos. Las hay de California (como las de las playas de Los Ángeles), canarias, palmitos elevados y palmitos enanos. En este mapa puedes verlas todas ubicadas: mapa.
El pasado oscuro del parque
Pero no siempre fue así. Hace unas décadas esto era una selva industrial, donde las imponente maquinaria de La Industrial Química rúgia y sus chimeneas explusaban bocanadas de humo que a penas dejaban ver los edificios. Cuando a mediados de los 80 la industria se trasladó fuera del barrio de La Almozara, quedó un enorme terreno lleno de escombros y basuras. Muchos creyeron que era una tierra yerma y que nunca crecería nada, pero la vida se abre camino y hoy tenemos un precioso parque donde antes sólo hubo residuos.

Caminos ocultos, laberintos y secretos
Las malas lenguas cuentas que algunos de los senderos de tablas entre las palmeras marcan el camino de antiguos pasadizos subterráneos que accedían al Palacio. También se dice que los laberintos de arbustos imitan a los originales donde los pretendientes furtivos se veían a escondidas con la Princesa.
Mis rincones escondidos favoritos
Pero sin duda, mi lugar preferido es un banco en lo alto de la colina que hay en la parte oeste, desde el que se ven algunas de las mejores puestas de sol de la ciudad.
Pero sssshhhhh… no se lo digáis a nadie, es un secreto.

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