Despertando en Casa do Juncal
La luz comienza a asomar por la ventanas de nuestra habitación en Casa do Juncal, una casa solariega del sXVIII rehabilitada con mucho gusto. Desde la ventana puedo ver el jardín, donde un par de gatos de la casa juguetean con la fuente de agua. Me siento en la butaca que hay en el hall de la habitación, y con guía en mano planifico el día mientras Javi se despereza en la cama. Le encanta esa cama, tan grande que hasta él puede perderse en ella y con esas sábanas frescas y suaves de algodón de las que no quieres salir.

Después de una buena ducha, nos vestimos, bajamos las escaleras y me quedo embelesada mirando las fotografías de las paredes, la enrevesada lámpara y sobre todo la puerta colgada que hay en la última planta. ¿Para qué servirá? Si nadie puede salir por ahi… me tiene obsesionada.
Bruna, la responsable de la Casa, tan amable como siempre nos espera en el comedor con el desayuno listo. Qué delicia, tortitas recién hechas, zumo natural, fruta fresca, mermeladas y bizcochos caseros…

¡No sé por donde empezar! Aunque lo mejor son las vistas al jardín, así da gusto empezar el día.
Rumbo al Castillo
Después de cargar las pilas con el súper desayuno, comenzamos nuestra ruta y ponemos rumbo al Castillo de Guimarães, prueba viva de la Historia de Portugal. Fue levantado en lo alto de una colina, en el siglo X por la condesa Mumadona Dias. Pero fue dos siglos más tarde cuando los Condes de Portucale lo convirtieron en su vivienda y se dice que en él nació Alfonso Enriques, el primer Rey de Portugal.
De su esplendor solo quedan sus 7 torres, pero si te quedas en silencio aún parece que se oye el blandir de las espadas, los casos de los caballos o el murmullo de la vida medieval de entonces. Desde lo alto de su muralla puedes sentirte literalmente de la realeza.
Bienvenidos a Palacio
Y con la sangre azul corriendo por nuestras venas, salimos del castillo para encontramos de frente con el gran Palacio de los Duques de Braganza. Una residencia perfecta para nuestra recién adquirida nobleza ;)

Entramos a la gran Sala de los Banquetes, donde cielo y tierra se confunden, porque al levantar la vista veo como las lámpara de araña cuelgan de lo que parece ser el casco invertido de un carabela portuguesa. Una paradoja visual que el propio Alfonso I mandó hacer en homenaje a las proezas marítimas de los portugueses.

Este palacio estuvo durante muchísimos años deshabitado y se fue deteriorando, pero en 1933, en plena dictadura, Salazar lo mandó restaurar para convertirlo en su residencia.
Las callejuelas de Guimaraes
Con tanto hablar de banquetes, se ha hecho la hora de comer (es decir, las 12:30h porque los portugueses comen con horario europeo). Bruna nos ha recomendado un par de sitios ricos en el casco histórico, así que vamos a ello. Mientras bajamos de la «Colina Sagrada», me voy enamorando de las calles de Guimarães, no puedo guardar guardar la cámara porque cada rincón tiene algo bonito. Por algo es Patrimonio de la Humanidad.

Comiéndonos la Historia
Bajamos la Rua Santa María, llena de palacetes y casas de diferentes épocas que resisten el paso del tiempo, mientras la quietud y la sombra dan una tregua al sofocante sol de verano. De pronto, el bullicio nos indica que llegamos a Largo da Oliveira, el epicentro de Guimarães desde hace siglos. Esta plaza está siempre rebosante de vida, llena de terrazas, gente paseando, niños jugando…
Nos sentamos en la terraza del Restaurante Buxa (nos han prometido que aquí dan comida típica de Guimarães y de buena calidad). Mientras nos toman nota, un simpático señor nos cuenta que la plaza se llama Oliveira por el olivo centenario que existía frente a la iglesia de Santa María de Guimarães, y que después de secarse volvió “milagrosamente” a florecer en 1342 al colocarle al lado una cruz normanda. Después de aquello la Iglesia que pasó a llamarse Iglesia de Nuestra Señora de Oliveira, y se convirtió en paso obligado de todos los peregrinos que iban a Santiago de Compostela.
Por fin llega la comida, ¡qué hambre!

Café y postre en la Praça de São Tiago
Después de comer, lo que más apetece es un buen café con hielo y un buen helado en una terracita. Así que cruzamos los antiguos Paços do Concello, una preciosa arcada del siglo XV que separa nuestra plaza de su hermana contigua, la soleada y pizpireta Praça de San Tiago que debe su nombre a que el apóstol Santiago trajo una imagen de la Virgen María y la colocó en la Plaza, donde ahora hay una concha esculpida.

Aquí nació Portugal
En la puerta del casco histórico de Guimarães nos encontramos con el famoso letrero «Aqui nasceu Portugal«, foto obligatoria para todo buen instagramer que se precie. Si sois curiosos como yo, os preguntaréis por qué nació aquí Portugal ¿no? Pues bien, en esta pequeña ciudad nació el célebre Alfonso Enriques, y fue aquí mismo donde años más tarde sería nombrado primer Rey de Portugal.


Como pasa siempre en la Historia, el nacimiento de Portugal está lleno de batallas, traiciones y alcobas. En el siglo XII, en plena Reconquista, Enrique de Borgoña era uno de los caballeros mejor posicionados al lado del Rey de León, tanto que acabó casándose con su hija, Teresa de León. Los dos se convirtieron en Condes de Portucale, que por entonces era uno de los condados con más privilegios del Reino de León, y tuvieron un hijo, Alfonso Enriques. Tras la muerte del conde, su esposa Teresa de León hizo de regente mientras su hijo crecía. Pero se alió con personalidades de Galicia, poniendo en su contra a los nobles portucalenses y su propio hijo. Alfonso se rebeló contra su madre y en 1128 se enfrentaron en la Batalla de San Mamede, en los alrededores del castillo de Guimaraes. Él ganó la batalla, expulsó a su madre y aprovechó para declarar el condado como territorio independiente. Unos años más tarde sería reconocido como el I Rey de Portugal.
Espero que os haya gustado mi ruta por Guimãraes, aquí os dejo un pequeño mapa con todos los lugares localizados y algun sitio interesante más. Si habéis estado en Guimãraes y creéis que me he dejado algo importante de contar no dudéis en dejar vuestros comentarios ;)

¿Qué piensas?