La otra noche, mi chico y yo paseábamos por el centro de Zaragoza, sin ninguna intención, solo para disfrutar de la buena temperatura que hace estos días por la ciudad, y sin darnos cuenta aparecimos en la puerta del Cancook Gastro. Recordé que su menú para el Certamen Gastronómico no me había dejado indiferente, así que nos acercamos a ojear el menú de temporada ¡y nos quedamos! ¿Que por qué? Ahora mismo os lo explico:
Comenzamos pidiendo un afrutado Glárima Blanco D. O. Somontano (chardonnay , sauvignon blanc y gewürztraminer) y en seguida llegaron los aperitivos: un gazapacho de fresa con cereza liofilizada y brote de guisantes, seguido de unas «coquetas» croquetas de mejillones. Una mezcla fresca y sabrosa. ¡Todo un acierto!
Seguimos con los entrantes a elegir entre tartar de bonito de la gomera con tomate cherry, vinagreta, polvo de alga nori y sorbete de tomate y albahaca; o espárragos y alcachofas de Tudela con huevo poché, pil pil de jamón y teja de jamón. ¡Imposible elegir! Así que pedimos los dos y ¡a compartir! Me encanta hacer esto…
Por fin llegan los segundo, y repetimos la jugada: panceta ibérica glaseada con verduras escabechadas, y
merluza de pincho con caldo de chipirón y sus propios tagliatelle… todo para compartir. ¡Impresionantes los dos! Una merluza ligera pero con mucho sabor, y una panceta crujiente y jugosa que contrastaba perfectamente con la verdura.
Y por último llegaron los postres: una intensa cuajada de café y avellanas, y un cremoso de pasión con sorbete de mango y tierra de almendra. Este segundo fue mi preferido: cítrico con el toque justo de dulzor.
Y para rematar, con el café y el té salieron los «petit fours»: bombones calavera de chocolate blanco, coco y lima con ojos de gelée de fresa, y merengues de café.
Hay que destacar que el servicio fue impecable: buena presencia, detalladas explicaciones de cada plato y prácticas tan meticulosas como servir cada cubierto con guantes blancos de algodohón para más higiene (casi excesivo). Y el local tenía un ambiente tranquilo y relajado, con una muy buena lista de jazz de fondo.
¡Una cena espectacular sin haberlo planeado! Por que ya sabéis lo que decimos siempre en La maleta extraviada: «Perderse hace que encuentres cosas increíbles». Así que si alguno quiere perderse por el CanCook, aquí le dejo los datos. ¡Os los recomiendo!

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