Ha tardado en llegar, pero el calor ya está aquí y pega con fuerza. Aunque si lo comparo con aquellos calurosos veranos que pasaba de niña en Zaragoza, no tienen comparación. El otro día se lo comentaba a una amiga, y de pronto recordé algo que mi abuela hacía y que me encantaba: Limonada casera.
Hay muchas recetas de limonada casera, pero la de mi abuela era esta:
Ingredientes: 4 limones, 3 cucharadas de azucar (aprox), agua al gusto
Receta: Se cortan los limones en rodajas o gajos, se ponen en el fondo de una jarra, se cubren con el azucar y se dejan reposar en la nevera 24h, para que suelten todo el juguillo. Al dia siguiente se le añade el agua hasta llenar la jarra. Se sirve en un vaso ancho, con una rodajita de limón y a poder ser muy fría. ¡Listo!
Bien fresquita y con mucho limón, para calmar la sed después de horas de juego. Mmmmm solo de pensarlo se me hace la boca agua… ¡Venga! ¡Todo a hacer limonada! Por que hay que derribar un mito: ¡la limonada casera no solo es cosa de los americanos! Todos tenemos en mente la típica escena de peli americana donde los niños venden limonada en el jardín delante de su casa… Pero no! aquí ya se llevaba la limonada mucho antes!! jeje
Aunque hay que reconocer que los americanos tienen gracia para montar estos puestecillos. Aquí os dejo unos cuantos ejemplos:
¡Decidido! La próxima cena que prepare en la terraza tendrá puesto de limonada casera. Prometo enseñar fotos… Un abrazo!
© Fotografías cedidas por:
Una casa con vistas | Alderberry Hill | The Ardent Sparrow | The idea room |

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