El misterio, el lujo, el poder y la feminidad se ciernen sobre el nº11 de West Halkin Street. Son las 6:30h de la mañana, una decena de vehículos oscuros de alta gama se encuentran a aparcados en esta esta exclusiva calle de Londres. En su interior, elegantes chóferes aguardan alrededor de una discreta puerta en cuyo dintel está grabado exclusivamente el nombre de «Grace».
Cualquiera podría pensar que se trata de una reunión de grandes magnates y millonarios importantes de la zona. Pues no. Los únicos hombres del nº11 de West Halkin Street esperan en la calle a esas mujeres alfa de la sociedad londinense y mundial, que inician su día en el primer club privado femenino de Londres. A las 6:30 de la mañana se ejercitan en el gimnasio, después de haber desayunado zumos ricos en antioxidantes y yogures caseros con muesli, y cuando el Big Ben dé las 8 h, muchas de ellas ya estarán listas e impecables en sus despachos de la city.
Grace Belgravia se erige como el club privado femenino más selecto de todo Londres. Dedicado a esas mujeres poderosas, luchadoras, auténticas, que trabajan cada día para llegar a los puestos más altos de la sociedad, sin perderse a sí mismas y a todo lo que conlleva ser una mujer. El único momento en que los caballeros pueden entrar al Grace Belgravia es la noche de los martes, día en que las socias pueden acudir con un acompañante varón: maridos, parejas, amigos o amantes… quién sabe.
Kave Percival, su fundadora, se resiste, no obstante, a dar un perfil tipo de su clientela. «Es extremadamente variada. Tenemos un rango de edad de entre 25 y 75 años, la mayoría están en los 40. Muchas son ejecutivas, pero no todas. Son principalmente británicas, también expatriadas de Estados Unidos. Las hay de países árabes, nórdicos y de Sudamérica. Sí, ya hay varias españolas entre nuestras clientas».
Chris O’Donoghue, el segundo socio fundador y único hombre de este club, comenta: «Me gusta pensar que Grace es un diamante con muchas facetas. Nuestra filosofía es: no importa lo rica, delgada o poderosa que seas, eso no vale para llenar una vida. Aquí queremos darles a las mujeres». Discreción ante todo. Un acuerdo de confidencialidad obliga a sus miembros a no hablar de las personas con quienes puedan toparse en sus estancias.
Con una una inversión de unos 11 millones de euros, Grace Belgravia cuenta con más de 1.000 m2 de estancias con luz natural, gimnasio y spa de última generación, biblioteca, salones y un restaurante supervisado por nutricionistas, donde el menú cuesta alrededor de 30 €.
El Grace cuenta con un spa, nueve salas de tratamiento y un hamman. Sus socias tienen acceso de entrada a la piscina del vecino Jumeirah Tower. Su menú de tratamientos ocupa unas 20 páginas, abarca diferentes técnicas y las marcas de cosméticos más prestigiosas, como Kerstin Florian.
Disponen de gimnasio, entrenadores personales, clases de yoga, pilates, ‘mindfullness’…
Muy lejos de los clásicos clubs privados para hombres, el objetivo en Grace no es fumar o beber, sino la salud y el bienestar físico y mental al máximo nivel. Tanto que su oferta de servicios va desde un mini-masaje de 15 minutos por 29 € hasta los 1.150 € que cuestan dos horas de terapia integral de Mikiko Hayano. También hay médicos y especialistas en nutrición, antiedad, genómica, diagnóstico avanzado, psicología, fertilidad, terapias de sueño o gestión de ‘stress’.
Las alianzas con nombres de prestigio han sido fundamentales. El doctor Tim Evans, facultativo de la reina Isabel, se encarga de la parte médica y es otro de los socios. Matt Roberts, el entrenador personal de los Cameron, está al frente de los programas de fitness. Hay acuerdos con tiendas de referencia de Londres, galerías de arte y renombrados conferenciantes «que darán estímulo intelectual». Porque ellas lo valen y lo saben apreciar.
Los dos fundadores explican no sólo los detalles de Grace, sino la filosofía y los cambios sociales que creen que hacen de su iniciativa un proyecto sumamente contemporáneo: el ascenso profesional de la mujer, su creciente poder económico y autonomía, la búsqueda de espacios para hacer networking, la importancia de un estilo de vida saludable y la conquista de una belleza negada por anteriores movimientos feministas.
«La mujer ahora se siente libre de prejuicios para decir que en determinados momentos está mejor sin hombres y busca apoyo en otras mujeres de mentalidad similar que entienden su situación. Nosotros les ayudamos a dar lo mejor de sí mismas y aspiramos a que el club se convierta en parte esencial de sus vidas».
«Desde que anunciamos la apertura, hemos recibido llamadas de Singapur, Viena, Hong Kong y Nueva York para abrir sedes allí», asegura O’Donoghue. «No es un fenómeno exclusivamente británico. De hecho, tenemos socias españolas. Creo que hemos captado el zeitgeist»
¿Qué os parece? ¿Sería posible un lugar así en nuestro país?
¡Yo creo que nuestras empresarias y ejecutivas se lo merecen!
Más info: www.gracebelgravia.com
Fuente: Fuera de Serie, S Moda, Embellezia.

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