Son retratos en blanco y negro de personas anónimas y personalidades del mundo del cine, la moda, la política… Retratos con alma a manos de dos de los grandes: Irving Penn y Richard Avedon. Dos fotógrafos de moda que han pasado a la historia por ser capaces de captar la verdadera esencia de quien tuvo el privilegio de posar para ellos. Imágenes sinceras que plasman el auténtico yo de personalidades únicas.
IRVING PENN (New Jersey, 1917 – Nueva York, 2009)

Irving Penn dio el salto a la fama en la revista Vogue como ayudante de su director artístico, Alexander Liberman. Por aquel entonces era ilustrador y su talento lo llevó a colaborar en el diseño de sus portadas e, incluso, a realizar elegantes retratos femeninos. En 1953 fundó su propio estudio fotográfico y fue entonces cuando pronunció una de las frases más famosas de la historia de la fotografía: «Photographing a cake can be art».

Richard Avedon inició su carrera profesional en los años 50 cuando Alexey Brodovitch, editor de la revista Harper’s Bazaar, le contrató como fotógrafo para la revista, de la que acabaría siendo jefe de fotografía. Tras 13 años en Harper’s, se pasó a Vogue, donde estuvo trabajando otros 23 años, además de colaborar en otros medios. En sus trabajos consiguió elevar la fotografía de moda al rango de lo artístico y acabó con el mito de que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. En sus fotografías, los modelos se muestran libres, vivos y creativos.

Carol börjesson
26 febrero, 2013Un post súper interesante! Seguid así, porque no dejo de tener ganas leeros!