Aún recuerdo la primera vez que me paré delante de la tienda Farga en Avenida Diagonal pensando que era una joyería. Para mi sorpresa descubrí que era la tienda-restaurante más elegante y clásica de toda Barcelona.
Pero el lujo y la tradición también se renuevan, y hace a penas un mes La Farga cambió sus grandes marcos dorados y sus letras ornamentadas por elegantes toldos negros, enormes relojes antiguos a los lados, cubiertos gigantes y en el interior líneas sofisticadas en plata y negro que recuerdan a Nueva York o París.
Antes:


Después:
Han conseguido una armonía entre la tienda y el restaurante que le da una estética moderna y contemporánea. Todo esto sin olvidar su increíble comida: Crema de calabaza con quenelas de queso cremoso y mejillones al curry, risotto de setas y gambas, confit de pato rustido en su jugo con tatin de manzana, o delicias de yogur con frambuesas, o la última carta de sandwiches para los que quieran comer algo rápido.
Un ejemplo de como la tradición y la evolución pueden ir de la mano. ¿Qué os parece?

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